sábado, 11 de febrero de 2012

HISTORIAS DE LOS TITERES IV

Los Títeres en China


Cuenta la leyenda que desde los tiempos de la dinastía Chou, que se inició en el siglo XI a.n.e., existen los títeres en china. Esto es muy probable, pero las leyendas son leyendas. Hay datos mas concretos, como una pintura de la dinastía Ming (siglos XIV - XVII) que muestra a unos niños manipulando marionetas. Lo cierto es que la práctica del teatro de muñecos en China es antiquísima, al punto, que algunos autores discuten si es China o la India a quien corresponde la cuna de este arte. Además, en este país se han desarrollado de manera casi pareja las principales técnicas de manipulación.

La Marioneta en China


La marioneta china se caracteriza por una amplia gama de posibilidades expresivas que vienen dadas -aparte de la habilidad de los titiriteros- por los numerosos hilos, articulaciones y recursos del muñeco, que con frecuencia puede mover los ojos, la boca, las cejas y hasta los dedos individuales de la mano. Por otra parte, la tradición se mantiene.

La pintura antes mencionada de los titiriteros de la dinastía Ming coincide en casi todos los detalles con la descripción de un espectáculo de marionetas chinas contemporáneo vista por el especialista George Speaight en 1987. Speaight describe un escenario casi desnudo con una tela posterior mínima, doblada como una cortina, y los operadores a la vista del público manejando muñecos de múltiples hilos que controlaban, incluso, movimientos del codo, las muñecas y las uniones individuales de los dedos. Un detalle típico de las marionetas chinas, el mando en forma de remo que aparece en la vieja pintura, se mantiene en la actualidad. En este tipo de control, el titiritero mueve cada hilo con sus propios dedos. 

Los espectáculos de marionetas suelen tener apoyo musical de una orquesta con instrumentos típicos y el repertorio se basa en el teatro clásico chino, abundante en drama de heroísmo, batallas e historias de amor.

Los Hombres Retablo



Un viejo grabado del siglo XVIII nos muestra un curioso retablo de títeres de guante. En la parte superior hay un pequeño escenario, de allí hacia abajo corre una funda tubular del ancho de un hombre, y en la base se descubren los pies del titiritero. Lo curioso es que una foto actual nos mostrará una imagen casi exacta, los muñecos de guante en china casi siempre han sido tarea de un solo manipulador.

Esta clase de retablo, típicamente chino, muestra un escenario o castillo muy vistoso situado por encima de la cabeza del operador, quien, alzando sus brazos, manipula un títere con cada mano. Un toldo sirve de techo al escenario, que tiene a foro dos puertecillas por donde entran y salen las figuras. Todo este espacio esta ricamente decorado con laca y seda.

El tamaño de los títeres no es mucho mayor que el de la mano, con cabezas pequeñas de una o dos pulgadas. Aquí el titiritero solista manipula todos los muñecos, hace las voces y hasta puede producir música con un gong. En ocasiones, usa una lengüeta. En los retablos modernos de este tipo, el peso del escenario suele descansar sobre un poste que queda a la espalda del manipulador y se recuesta en una pared.


Las Sombras Chinescas


El apelativo de sombras chinescas dado con frecuencia al teatro de sombras hace pensar a muchos que tiene un origen chino, mas parece que no es así. Esta técnica no aparece en china antes del siglo VII d.n.e. mientras que ya en la india se la consocia desde unos ocho siglos antes. Quizás el termino se haya hecho común debido a la delicada belleza y a la merecida fama de las sombras chinas, que se dividen en dos tipos principales: las pequinesas o del norte, y las cantonesas o del sur.

Las sombras pequinesas, de algo mas de un pie de alto, son cortadas en un cuero muy fino que se cala primorosamente y se pinta con colores brillantes y translúcidos. Sus articulaciones son mas complejas que las del Wayang y las del Karagoz. A la parte superior del tronco se articulan los brazos, y a la inferior, como en el Karagoz, una pieza que corresponde a los muslos, a la cual se unen las dos piernas. La cabeza, por su parte, esta separada del cuerpo y se une al tronco mediante una especie de collar plano, hecho de cuero algo mas grueso, al que se adhiere una varilla.


Las varillas de las sombras chinas son piezas de metal finas y tensas que se insertan en una caña. La de la cabeza corre paralela al tronco de la figura y se dobla para ajustarse a la pieza del cuello. Este arreglo permite al títere mover la cabeza y, además, intercambiarla, de modo que puede ajustarse en varios cuerpos. Hay otras dos varillas para los brazos, y en cada articulación hay una especie de calado en forma de rueda que sirve para dar fortaleza a la figura. El resultado de esta técnica es una movimiento suave y delicado. El teatro de sombras pequinés tiene también como rasgo típico el empleo de hermosos decorados en la parte superior o en los bordes de la pantalla.

Las sombras cantonesas son un poco mayor que la pequinesas y cortadas en un cuero algo mas grueso. Se manipulan, como el Karagoz, con una varilla perpendicular a la parte superior y posterior de la figura para sujetarla contra la pantalla.

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