jueves, 23 de febrero de 2012

Primera Variette de Títeres Tolima Fantastico



1ª VARIETTE DE TITERES TOLIMA FANTASTICO

A-VUELO TITERES...


CON SU MONTAJE "SUEÑOS CHAMANICOS" en tecnica de Marionetas hehcas con material reciclado, encontrado e intervenido...






El grupo MONACHOS se encargó de la presentación y bienvenida al público con la siempre alegre  costeñita pechichona 


animando, el alma de la pechi...




Ahora de porte completo y gesto agraciado




y como Titirituerka no puede faltar...



 siempre trabajosos, pegando, pintando, puliendo...


Y LOS GÜIPAS también estubieron presentes...




con "RUFINO EN CUERNAVACA" ...



y que ¡¡¡¡Viva la Revolucion, que viva Emiliano Zapata¡¡¡¡


La Red, la Rito, el Pito y el Pato, unidos los titiriteros dando paso al infarto... 
"AMORES PARA-DOS"


El Fortachón y Belisa




simplemente sexy


"El Poeta" que viene a entregar su inspiración, sin papel, sin lápiz, sin ropa, todo él es una obra de arte


y ella... Belisa, la mas bella y liberal amante, histórica por haber amado a las siete razas en su noche de bodas...


¿quieres entrar?


¿y podran ser felices los tres? o...¿la pasion incontenida de Belisa marcará su trágico final entregada por completa a amor?



Ahora la previa a la Variette en el taller de títeres de la Universidad del Tolima



Tunjo Nocturno
La Viviann




El mono camelloso

Estamos mal de gestos...mal de caras.




Por lo menos ellos hacen buena cara...




Belisa tras escena...


gracias a quienes nos acompañaron en esta velada, propuesta para repetir y ampliar. encuentro y convocatoria. Gracias a los grupos que nos reunimos para hacerle el quite a la morronga y que por lo menos una nochecita con algo para irse a la casa a pensar o pelar.


gracias publico mitad de este arte. nuestra media naranja.

sábado, 18 de febrero de 2012

HISTORIAS DE LOS TITERES V

Los Tìteres en la India

Considerada por muchos como la cuna del teatro de muñecos, la india posee una tradición titiritera tan remota que es imposible precisar su origen. Lo mismo sucede en China y en otros países asiáticos, y la razón principal ya ha sido expuesta antes: el material perecedero y ligero con que tienen que ser hechos los títeres no es el ideal para soportar el paso de los siglos; sin embargo, los hallazgos del monito de Harappa y el toro de Mohenjo-Daro indican la posibilidad de su existencia en la india desde el 2.500 a.n.e. Sea como sea, las referencias en el Mahabharata a los muñecos manejados por hilos los sitúan al menos, a partir del año 200 a.n.e., sin olvidar que todas las evidencias indican que el teatro de sombras también se originó en ese país.

En la india se han desarrollado dos técnicas fundamentales: la marioneta y las sombras, aunque también la varilla y el guante se emplean en algunas zonas específicas. Existe, además, una estrecha relación entre la mitología, la religión y los títeres, que se consideran figuritas enviadas por los dioses para divertir a los hombres.


 
Las Marionetas Indias

Entre la múltiples variedades de las marionetas indias, las mas conocidas y famosas son las del estado de Rajastán. Allí, los miembros de la comunidad de Bhatt se dedican por entero al arte de los títeres. Estas marionetas, llamadas Khatputli, miden unos quince o veinte pulgadas de altura, tienen la cabeza tallada en madera y el torso y los brazos hechos de tela rellena. En lugar de piernas llevan una falda que, por el movimiento que le imprime el manipulador, produce la ilusiòn de que el muñeco camina.

Las marionetas de Rajastán suelen tener sólo dos hilos: unos que sale de la parte superior de la cabeza, pasa por los dedos del titiritero y regresa a la cintura, y otro hilo continuo que llega a las manos del muñeco. A veces hay un solo hilo fijado a la cabeza. De una estructura tan simple cabe esperar un pobre desempeño, pero no puede olvidarse al sutradahr o "el que tira de los hilos". Los titiriteros de Rajastán se las arreglan para lograr un movimiento en extremo expresivo con estas mínimas posibilidades. En esto influye la habilidad alcanzada tras largos años de práctica, los elementos que apoyan el espectáculo y el peso de la tradición.

En ayuda del sutradahr vienen la lengüeta y el acompañamiento de los tambores. La lengüeta que se coloca el titiritero en la boca está hecha con dos piececitas de bambú unidas una contra lo otra y con una lámina de piel o goma por el medio. Este objeto produce un chirrido característico que conforma el lenguaje específico de este tipo de títeres y que se complementa con el sonido del tambor que tocan las mujeres.

El arte de los rajastanes es una habilidad hereditaria que se trasmite entre los hombres de la familia de padre a hijo. Cada titiritero comienza a entrenarse desde niño y debe casarse con una mujer capacitada para la técnica de narración con tambores que acompaña al espectáculo. Esta mujer, además, tiene la tarea de dar a su esposo un hijo que continúe la tradición familiar.Cuando se trata de una mujer infértil, el esposo está obligado a buscar otra que pueda cumplir con su deber.

Las funciones de los Khatputli de Rajastán suele darse de noche. El retablo, que tiene como fondo una cortina de remiendos, se coloca sobre el suelo, y a ese mismo nivel se sitúan los espectadores. Los manipuladores -cuando más, dos- trabajan a la vista del público. Un par de lámparas de aceite o queroseno colocadas a ambos lados del escenario suministran la iluminación requerida.

El arte de los titiriteros de Rajastán es primitivo y simple, pero en su propia esencia y tradición hay poesía. Cada vez que una marioneta pasa de padre a hijo se le coloca una nueva falda sobre la anterior. Cuando ya se han acumulado cuatro o cinco, el títere suele estar muy deteriorado para continuar teniendo una vida útil: "ha muerto". Entonces los titiriteros de Bhatt colocan su cuerpo en la corriente de un río sagrado, y mientras lo ven flotar musitan una oración.

Las Sombras Indias


Las sombras indias, posibles antecedentes del wayang, se cortan también en cuero fino, y la silueta, bellamente calada, se pinta con colores brillantes y translúcidos. Lo que diferencia a estas figuras de la demás es su tamaño, ya que pueden alcanzar cuatro o cinco pies de alto. Se manipulan mediante tres varillas situadas en la parte posterior del muñeco: una vertical que se inserta a la cabeza y los fija a la pantalla, y otras dos para las manos.

La pantalla se construye con un par de blancos saris (el vestido nacional femenino) estirados uno sobre otro y ensartados en unas espinas de palma dátil. Se logra así una superficie de unos siete por veinte pies. Detrás de la pantalla se coloca una simple lámpara de aceite.

La función dura toda la noche y una obra completa puede extenderse por varios días. El titiritero manipula las sombras, suena instrumentos de percusión y, en resumen, lo hace todo. El público atiende, se levanta, come, se marcha y quizás regrese al día siguiente para seguir viendo la obra. De cualquier forma conoce bien la trama.

La Literatura de los Títere Indios

La base literaria fundamental del teatro de muñecos indio la constituyen la epopeyas del Mahabharatta y el Ramayana. La primera, que es la más extensa, parece haber sido escrita entre el 200 a.n.e. y el 200 d.n.e. El argumento de estas epopeyas y sus personajes viene como anillo al dedo para el teatro de títeres: dioses, héroes, villanos, elefantes, dromedarios, doncellas en peligro y demonios involucrados en las mas azarosas aventuras: huidas, persecuciones, batallas, amores y, en suma, grandes acontecimientos que suministran la acción requerida para un auténtico espectáculo titiritero. Otras obras épicas, como la historia del rey Vikramaditja, completan el repertorio.

sábado, 11 de febrero de 2012

HISTORIAS DE LOS TITERES IV

Los Títeres en China


Cuenta la leyenda que desde los tiempos de la dinastía Chou, que se inició en el siglo XI a.n.e., existen los títeres en china. Esto es muy probable, pero las leyendas son leyendas. Hay datos mas concretos, como una pintura de la dinastía Ming (siglos XIV - XVII) que muestra a unos niños manipulando marionetas. Lo cierto es que la práctica del teatro de muñecos en China es antiquísima, al punto, que algunos autores discuten si es China o la India a quien corresponde la cuna de este arte. Además, en este país se han desarrollado de manera casi pareja las principales técnicas de manipulación.

La Marioneta en China


La marioneta china se caracteriza por una amplia gama de posibilidades expresivas que vienen dadas -aparte de la habilidad de los titiriteros- por los numerosos hilos, articulaciones y recursos del muñeco, que con frecuencia puede mover los ojos, la boca, las cejas y hasta los dedos individuales de la mano. Por otra parte, la tradición se mantiene.

La pintura antes mencionada de los titiriteros de la dinastía Ming coincide en casi todos los detalles con la descripción de un espectáculo de marionetas chinas contemporáneo vista por el especialista George Speaight en 1987. Speaight describe un escenario casi desnudo con una tela posterior mínima, doblada como una cortina, y los operadores a la vista del público manejando muñecos de múltiples hilos que controlaban, incluso, movimientos del codo, las muñecas y las uniones individuales de los dedos. Un detalle típico de las marionetas chinas, el mando en forma de remo que aparece en la vieja pintura, se mantiene en la actualidad. En este tipo de control, el titiritero mueve cada hilo con sus propios dedos. 

Los espectáculos de marionetas suelen tener apoyo musical de una orquesta con instrumentos típicos y el repertorio se basa en el teatro clásico chino, abundante en drama de heroísmo, batallas e historias de amor.

Los Hombres Retablo



Un viejo grabado del siglo XVIII nos muestra un curioso retablo de títeres de guante. En la parte superior hay un pequeño escenario, de allí hacia abajo corre una funda tubular del ancho de un hombre, y en la base se descubren los pies del titiritero. Lo curioso es que una foto actual nos mostrará una imagen casi exacta, los muñecos de guante en china casi siempre han sido tarea de un solo manipulador.

Esta clase de retablo, típicamente chino, muestra un escenario o castillo muy vistoso situado por encima de la cabeza del operador, quien, alzando sus brazos, manipula un títere con cada mano. Un toldo sirve de techo al escenario, que tiene a foro dos puertecillas por donde entran y salen las figuras. Todo este espacio esta ricamente decorado con laca y seda.

El tamaño de los títeres no es mucho mayor que el de la mano, con cabezas pequeñas de una o dos pulgadas. Aquí el titiritero solista manipula todos los muñecos, hace las voces y hasta puede producir música con un gong. En ocasiones, usa una lengüeta. En los retablos modernos de este tipo, el peso del escenario suele descansar sobre un poste que queda a la espalda del manipulador y se recuesta en una pared.


Las Sombras Chinescas


El apelativo de sombras chinescas dado con frecuencia al teatro de sombras hace pensar a muchos que tiene un origen chino, mas parece que no es así. Esta técnica no aparece en china antes del siglo VII d.n.e. mientras que ya en la india se la consocia desde unos ocho siglos antes. Quizás el termino se haya hecho común debido a la delicada belleza y a la merecida fama de las sombras chinas, que se dividen en dos tipos principales: las pequinesas o del norte, y las cantonesas o del sur.

Las sombras pequinesas, de algo mas de un pie de alto, son cortadas en un cuero muy fino que se cala primorosamente y se pinta con colores brillantes y translúcidos. Sus articulaciones son mas complejas que las del Wayang y las del Karagoz. A la parte superior del tronco se articulan los brazos, y a la inferior, como en el Karagoz, una pieza que corresponde a los muslos, a la cual se unen las dos piernas. La cabeza, por su parte, esta separada del cuerpo y se une al tronco mediante una especie de collar plano, hecho de cuero algo mas grueso, al que se adhiere una varilla.


Las varillas de las sombras chinas son piezas de metal finas y tensas que se insertan en una caña. La de la cabeza corre paralela al tronco de la figura y se dobla para ajustarse a la pieza del cuello. Este arreglo permite al títere mover la cabeza y, además, intercambiarla, de modo que puede ajustarse en varios cuerpos. Hay otras dos varillas para los brazos, y en cada articulación hay una especie de calado en forma de rueda que sirve para dar fortaleza a la figura. El resultado de esta técnica es una movimiento suave y delicado. El teatro de sombras pequinés tiene también como rasgo típico el empleo de hermosos decorados en la parte superior o en los bordes de la pantalla.

Las sombras cantonesas son un poco mayor que la pequinesas y cortadas en un cuero algo mas grueso. Se manipulan, como el Karagoz, con una varilla perpendicular a la parte superior y posterior de la figura para sujetarla contra la pantalla.

jueves, 2 de febrero de 2012

HISTORIAS DE LOS TITERES III

El Karagoz de Turquía

Como Polichinelle, Punch y Guignol, Karagoz es también un personaje títere con carácter propio, rasgos fijos y una troupe de contrafiguras. La diferencia radica en que precede a sus congéneres por varios siglos y que, en lugar de una figura aislada del teatro de muñecos, constituye por sí mismo una forma teatral completa. No se habla del personaje de Karagoz, sino del teatro de Karagoz, una tradición secular de la cultura turca con su ramificación en Grecia, donde quedó sembrado para siempre a partir de la ocupación otomana. Como bien apunta Bil Baird, Karagoz es el primer héroe que ha dado lugar a un estilo teatral.

Karagoz, cuyo nombre significa "ojo oscuro" u "ojo negro", es un personaje cómico y eminentemente popular sin relación alguna con la religión. Se trata mas bien de un bufón inventado por el pueblo para burlarse de la autoridad. Sus historias se basan en temas cotidianos y tienen un carácter soez y lúbrico. El engaño, la violencia, el amor, el sexo son comunes en su práctica.

Los orígenes de Karagoz son inciertos, pero su aparición en el teatro como una figura consolidada parece remontarse al siglo XIV. Esto no implica, sin embargo, que de esta fecha data el teatro de sombras en Turquía. Hay noticias que las tribus turcas que viajaban por Asia antes del año 1.000 d.n.e. tenían un teatro de sombras. Algo lógico si se piensa que el fuego central proyectaba sombras en las paredes de las tiendas. Estas tribus, además, tenían animales, y por tanto, cuero. También Karagoz tiene un pariente persa llamado Katchel Pelavan o "el luchador calvo". Todo esto, y la calvicie del propio Karagoz nos lleva a pensar de nuevo en el primer títere de sombra calvo: el Vidushaka de la India, país que parece ser la cuna del teatro de sombras.

El Muñeco y su Técnica


Títere de sombra al fin, el rostro de Karagoz aparece siempre de perfil, y su cuerpo de medio perfil o de frente. Muestra una cabeza calva, un gran ojo oscuro, una nariz roma y una barba negra, poblada y redondeada. Suele ocultar su calvicie con un sombrero o un turbante. En sus tiempos de estrella en los lupanares del Imperio Otomano ostentaba también un enorme falo.

Al torso de la figura se articula un brazo largo. El toro brazo a quedado reducido a una mano que emerge del pecho. El tronco esta articulado a otra pieza enteriza que corresponde a los muslos. A la parte inferior de esta pieza se articulan la dos piernas, separadas y colocadas una frente a otra.

Como las figuras del wayang kulit, las de Karagoz y su troupe aparecen también vivamente coloreadas, pero a diferencia de aquellas, que tienen una varilla central e inclinada hacia atrás y otras dos para los brazos, Karagoz se manipula tan solo con dos varillas perpendiculares al cuerpo. Una de ellas se sitúa en la parte superior de la figura para fijarla a la pantalla, mientras que la restante se coloca en algún otro lugar del cuerpo para moverlo. Las piernas oscilan de acuerdo con el movimiento que les imprima esta segunda varilla.

La manipulación de Karagoz, por tanto, es menos refinada que la de las sombras indonesias y chinas, pero tiene mas posibilidades de realizar acciones rápidas y violentas, ya que puede dar una vuelta completa sobre su eje, doblarse por la mitad o yacer sobre su espalda y oscilar las piernas. En resumen, está diseñado para la acción.

La Troupe de Karagoz

La troupe de Karagoz puede llegar a integrar unos treinta personajes. Todos, como títeres, tienen la misma estructura articulada del protagonista, pero cada uno cuenta con rasgos propios en su diseño que los diferencian de los demás.

La segunda figura mas importante del elenco es Hacivad, comprade de Karagoz que, a diferencia de su gran amigo, usa una barba puntiaguda. También esta Celebi, caracterizado por su elegancia; Tuzus Deli Bekir, un buscabulla que siempre lleva una pistola o una cimitarra, y Tiriaki, un fumador de opio que puede ser identificado por su pipa, su abanico y su hombro jorobado. La colección completa de personajes suele incluir tres figuras de Karagoz y dos de Hacivad, una muchacha desnuda, un pescador, un bebe, un mendigo, un sultán y otros muchos, cada cual con su rasgo distintivo.

Reconocido como la principal figura teatral del país desde los tiempos del Imperio Otomano, Karagoz mantuvo en todo momento una postura crítica, es por eso que no siempre sus ataques virulentos fueron bien recibidos por las autoridades. A la altura del siglo XX, en un país de tan complicada historia política como Turquía, Karagoz sufrió algún que otro periodo de decadencia. Sin embargo, hoy día parece estar en franca recuperación. Ha evolucionado y suavizado bastante sus modales, como para pasar a ser también el héroe del teatro para niños, pero sin abandonar su esencia y sin dejar de ser el basamento histórico del teatro popular turco.