Los componentes esenciales de un espectáculo de wayang kulit son: la pantalla donde se proyectan las sombras, las figuras de cuero, el dalang, que hace las veces de manipulador y narrador, y la orquesta o gamelan, que puede tener mas de una docena de músicos y varias mujeres cantantes.
La pantalla se sostiene tirante en un marco de bambú de unos cinco pies de alto y diez o quince pies de ancho, y detrás de ella se sienta el dalang con las piernas cruzadas en posición de sastre. Sobre su cabeza pende una lámpara de aceite que proveerá la iluminación para el espectáculo. A su izquierda hay un baúl que contiene los títeres, y a los pies de la pantalla un pedazo de tallo de plátano con agujeros que sirven para insertar allí los extremos de los controles centrales de las figuras cuando no están en uso. Entre los dedos del pie derecho, el dalang sostiene un pedazo de hueso con el cual golpea sobre el baúl cercano para avisar a la orquesta cuando tiene que empezar a tocar.
Después de hechas la ofrendas, aspecto del que hablaremos mas adelante, la orquesta o gamelan comienza a tocar para dar inicio a la función. Lo primero que aparece en la pantalla es una figura en forma de hoja que representa a un árbol y que también puede ser símbolo del corazón. Esta figura, que recibe en Java el nombre de genungan y en Bali el de kayon, abre y cierra cada acto, y su movimiento lento o vivo al compás de la música sugiere diversos estados de ánimo o anuncia la posibilidad de una tormenta, un incendio o cualquier tipo de desastre. La naturaleza del movimiento previo del genungan indica al público el ritmo y el tempo de la escena que vendrá a continuación. Una vez desaparecida esta figura inicial el dalang presenta a sus personajes uno por uno, los buenos -príncipes, reyes y dioses- a la derecha y los malos -brujas, gigantes y demonios-, a la izquierda.
El argumento de las obras suele estar basado en las epopeyas Mahabharata y Ramayana, lo cual apunta hacia el teatro de sombras indio como posible antecedente del wayang. Una representación normal del wayang kulit dura por lo general nueve horas; comienza alrededor de las nueve de la noche y termina al otro día a eso de las seis de la mañana. En este tiempo el público se levanta, come, bebe, y sale a tomar el fresco si lo desea. También es común que los espectadores se coloquen indistintamente frente a la pantalla mirando a las sombras, detrás de ella mirando al dalang mover sus muñecos, o alternando ambas posiciones en el trascurso de la función.
Sin duda, la figura central del espectáculo es el dalang, quien manipula todos los títeres, hace las voces de cada personaje, narra las partes contadas de la acción y da la entrada a la música de la orquesta. Y para hacer todo esto debe permanecer sentado, con las piernas cruzadas ¡y sin levantarse en toda la noche! puede, eso si, cambiar se posición hasta cierto punto, beber té o café y hasta fumar un cigarrillo cuando alguna pausa se lo permite. Por otra parte, el dalang no usa libreto escrito alguno, por lo que debe memorizar la historia completa e improvisar todo el texto.
El Ritual del Wayang Kulit
La palabra wayang significa sombra, y por extensión puede usarse para definir cualquier figura sutil e inmaterial, algo muy lógico por tratarse de un arte que dista mucho de ser un simple entretenimiento. Ni el wayang kulit es solo espectáculo ni el dalang un titiritero común. En verdad se trata de un rito de profundo carácter religioso llevado a cabo por una especie de maestro espiritual de la comunidad.
Ante todo debe aclararse que el wayang no se representa de manera arbitraria en cualquier momento, sino cuando el orden cósmico parece estar perturbado, esto es, en tiempos de terremotos, inundaciones y epidemias, o en momentos importantes de la vida como el nacimiento, el matrimonio o la muerte. El objetivo de la representación es fortalecer los vínculos entre los vivos y los muertos, entre los contemporáneos y sus antepasados. Estos antepasados son un ejemplo para los vivos, y reproducir sus acciones en la pantalla significa una ayuda que contribuye al restablecimiento del orden cósmico y terrenal. La improvisación del dalang incluye a menudo referencias o hechos a personas de la comunidad. Así, los muñecos vienen a ser imágenes sagradas y el dalang un intermediario entre dos mundos.
Es debido a la naturaleza religiosa del wayang que antes del comienzo de la función se hacen ofrendas, que el dalang mantiene siempre algunas figuras con particulares poderes mágicos apartadas y cubiertas por un paño, que con frecuencia esas figuras se sacan y se "alimentan" con ofrendas, vapores de incienso y la recitación de textos litúrgicos. La ancestral práctica escénica del wayang nos remite, en suma, a los más remotos orígenes del teatro, y es precisamente su carácter utilitario y sagrado lo que ha evadido su comercialización.
En la próxima entrega: El Karagoz de Turquía...