miércoles, 20 de enero de 2010

EL GESTO TITERIL texto de reflexiòn

El siguiente es un texto que aborda una de las esferas del quehacer titiritero, aquì està para que lo conozcan, lo pongan en práctica, lo rechacen o lo comenten.

“el títere mantiene la permanencia de un lenguaje universal basado, fundamentalmente, en lo gestual y en la mímica. Como una línea continua, que nace en los orígenes del lenguaje humano.”

Rosita Escalada Salvó. Escuela-taller de Misiones, Puerto Rico .

En su cita, la maestra argentina pone ante nosotros la reflexión sobre una de las herramientas de las cuales los titiriteros nos podemos valer para animar nuestro teatrito; se trata del gesto, que además de ser herramienta es objetivo a lograr para ser claros con nosotros mismos y con el público, pero mas importante será el papel del gesto al dar vida a nuestros títeres.
Tanto en el teatro como en los títeres, el gesto es base del lenguaje escénico, sin embargo, comparten algunos elementos y se distancian en otros, en el siguiente texto encontrará apuntes que tienen la intención de hacer una pesquisa por las características del gesto del títere. También se tiene la intención de provocar la destrucción de estas ideas al ser confrontadas con la práctica de ustedes como titiriteros. Entonces es su tarea buscar que sirve para su teatrino y que tipo de expresión es propia de cada cual de estos hermanos dramáticos: el teatro y los títeres.

El gesto es ante todo una imagen, con las posibilidades o cualidades de ser polivalente, simbólica, icónica, pedagógica. El gesto teatral genéricamente está compuesto por las imágenes visuales, las imágenes acústicas y en movimiento; imágenes que involucran específicamente en el teatro de títeres la elaboración de escenografías mecánicas y muñecos, así como la animación, el ritmo del movimiento, de la música, el color y la iluminación; es decir todos los campos de la expresión plástica al servicio del teatro. También encontramos en el camino hacia el gesto la expresión ligüística y literaria, de gran expresión en el teatro que en ocasiones ha llegado a ser la base del gesto titeril, pero es un camino poco recomendado por los titiriteros mas experimentados: “La primera atención para un actor es la dejarse oír. Para un títere la primera e las atenciones para con el público es la de dejarse ver” .

Otro elemento que constituye el gesto del títere es el texto dramatúrgico que expresa para el titiritero y el actor, el tema, las acotaciones y lo más importante: nos da indicios sobre la forma de ser narrada la historia. Sin embargo, al parecer la dramaturgia titeril difiere en algunos elementos de la dramaturgia escrita para los escenarios. Jamás se ha visto en el teatrino una versión de una obra idéntica a la del teatro, a pesar de que algunas obras de teatro han sido inspiradas en los títeres.

Cualquier dramaturgia tiene como mínimo: personaje, situación, acción, historia y argumento. Al ser estos cinco elementos los componentes mínimos de cualquier dramaturgia son compartidos por el teatro y los títeres. Esto nos obliga a fijar ahora la atención en otros elementos para encontrar el motivo por el cual se afirma que las dramaturgias del teatro y los títeres no son semejantes.

En esta reflexión es clave preguntarse por el lenguaje de los títeres, ¿que forma entraña ese medio de expresión?, ¿es más efectivo el lenguaje verbal al gestual o al contrario? El semiótico Henrry Jurkowsky propone una “atomización” de los elementos del teatro de títeres con consecuencias semióticas”, mas importante que develar una teorización con conceptos unívocos es descubrir lo propio del mundo de los títeres, cuál es la intención que tenemos, que mundo queremos animar, lo demás vendrá con el trabajo y los encuentros con el público. Tal vez, de nuevo Delpeux nos de alguna idea al afirmar: “El espectáculo de títeres es una sucesión de gestos y de acciones. Pero es necesario encontrar el nexo, el hilo conductor que va de la acción de tal personaje a la acción de tal otro” .

En los títeres los autores deben ser supremamente cuidadosos con el exceso literario o descuidar los elementos de la acción por elementos verbales. Cabe señalar que en muchas ocasiones en el mundo del títere las dramaturgias no llegan a ser textos escritos, lo que indica que el texto no es el rey, como en el teatro; además este hecho ha llegado a repercutir en la desaparición de muchas obras para el teatro de títeres. Aquí ya tenemos una primera pista: si no es el texto lo determinante para el teatro de títeres, ¿qué es? Es la acción, por eso todo los teóricos están de acuerdo que el títere es un muñeco vivo, que vive gracias al movimiento que el imprime el titiritero. Entonces, es la acción del títere entendida como movimiento intencionado, con un fin, la base para buscar el gesto que queremos para nuestros títeres. La maestra argentina asentada en Puerto Rico nos dice: “serán los movimientos los que completarán la impresión y los que harán cambiar el carácter del muñeco en plena acción” .

Desde hace algunas décadas se popularizó el concepto de que el teatro de títeres es exclusivo para niños. Si aceptamos sin mayores miramientos esta afirmación, supondríamos entonces que la diferencia de las dos dramaturgias es que la titeril es para niños y la teatral para adultos, o niños en el caso de que el grupo o autor estén interesados en la experimentación. No estamos de acuerdo con este pensamiento por la siguiente razón: se está desconociendo la historia del títere otro panorama más relacionado con lo farcesco y lo religioso. Si aceptamos lo dicho, cercenamos un camino de exploración y enterramos otro camino ya recorrido.

En el gesto están presentes también un tiempo, el tempo-ritmo con el que narramos. La consecución de esa hiper imagen que es el gesto teatral, momentáneo, es un camino de doble vía. “tendréis que animar determinado espacio, determinado tiempo”… “los titiriteros tienen que resolver el problema de un determinado espacio, ocupar determinado tiempo con sus muñecos, en el transcurso de una acción dramática”

¿Será entonces la actuación, los decorados, la utilería, elementos que inevitablemente nos dispara hacia lo fantástico en el caso del teatro de títeres? Entre las diferencias más notables está el actor. Mientras uno es de carne y hueso y a ello está aferrado para siempre, en el otro el actor es de cualquier material pudiendo así encarnar cualquier forma y poseer cualidades infinitas, como los títeres que son quemados en escena. En los títeres el personaje es reflejo materializado de la imaginación. Pero nuestra intención es adentrarnos más allá, así que nos llegamos a preguntar si la diferencia más que en el actor está en la forma de actuar y cuales son sus consecuencias para el arte de la interpretación. ¿Y al preguntarnos por lo actoral nos estamos saliendo de los dramatúrgico?

Estos dos actores tienen gamas de movimiento muy diferentes. La voz puesta a los títeres ha tenido la tendencia a no ser, demasiado naturalista. Tal vez aquí encontremos una pista: el teatro ha llevado encima el peso del naturalismo y el peso del naturalismo que carga el cuerpo humano del actor. Las anteriores conjeturas tienen un sentido al comprobarse que la dramaturgia del títere tiene muy encuentra la forma de actuar del títere: “esperad a conocer lo que saben hacer los títeres”

Lograr el gesto en el teatro de títeres es bastante difícil y libre, tantos que existen y que tienen la posibilidad de existir, de ser creados. La manipulación debe ser muy precisa y limpia, lo que se logra con mucho ensayo. Se debe tener un manejo amplio y experimentado de la plástica, escenografía y utilería, tanto en el diseño como en la construcción. La construcción, diseño y concepción de los personajes debe manejarse a la perfección sin olvidar que los adelantos tecnológicos no son los que reemplazan una verdadera animación como ejercicio de dotar de vida un objeto. “Ciertos títeres, vulgares por su construcción, arden de vida una vez manipulados, mientras que otros, estupendos –mas muñecos que títeres- no pueden actuar y cansan tras su primera aparición” .

Otro elemento que puede ser una pista es el hecho de que el teatro de títeres ha estado muy ligado a lo fantástico, como decíamos, pero no es una categoría única del títere ya que el teatro no está impedido de abordarla. Tal vez la respuesta está en el mismo escenario, en la misma función. En esa tradición de los titiriteros del mundo, mantenida en el acto de hacer las cosas propias de los titiriteros: animar un teatrino en donde a pesar de su reducido tamaño cabe de todo.

Hasta aquí algunas cosas, pistas, ideas, por eso lo más importante es que el gesto es el punto de llegada desde el cual se emprenderá un nuevo camino en la experimentación y conocimiento profundo del gesto teatral en los títeres para lograr imágenes expresivas. El gesto es lo que permite que el muñeco –primer paso hacia el títere- llegue a ser sentido, expresivo, a ser sentido vivo, o sea a ser títere de verdad. Para llegar allí hay que estar por encima del puro movimiento del títere, sobre el ejercicio de manipulación y buscar la animación. Aquí el movimiento tiene una intención, un ritmo, unas consecuencias. Aquí se debe estar por encima del habla cotidiana, en la expresión poética –pero que no anula el elemento visual ni el acento regional-.

Finalmente, el títere como espejo del alma humana es una imagen proclive a ser manejada a nuestro antojo: podemos visionar utopías, mostrar el mal ejemplo sin recrear ese ambiente negativo –efecto de distanciamiento- o criticar el Estado de cosas de una manera amplia, etc. Se ha quedado sin mencionar que el títere también puede ser un espacio de goce estético para el adulto. No negamos el títere en el mundo infantil, pero no es el único que puede disfrutar de él, al igual que en otras latitudes del mundo y la historia.

Por: Mario Roger Camargo Marin
















martes, 19 de enero de 2010

“MANUELUCHO SE JUEGA LA VIDA”



POR: MARIO ROGER CAMARGO MARIN

(Cuadro de títeres inspirado en la obra “En la Diestra de Dios Padre” de Enrique Buenaventura)

Manuelucho: Soy Manuelucho Sepúlveda, ante todo pláceme saludarlos público querido y respetado.  Con la baraja y echando el dado me gano la vida, soy pobre porque en estos menesteres el oro y la plata van y vienen como el agua.  Aunque tenga una novia que me quiere y la quiero por su alambique destilero, mi corazón es enamoradizo como el de un mancebo desiochoañero, no me gusta aguantar necesidad ni que me despierten antes de la diez, me levanto de mal genio  y me toca salir a distraerme.

Vengo a contarles una de mis aventuras, de cuando dios santísimo de concedió el poder de no dejar que el diablo me hiciera trampa en el juego.  Entonces les pido que paren oreja y afinen el ojo a lo que les vengo a contar.

(Entran dos ancianos, uno es Jesús y otro san Pedro.   Se ven como pordioseros)

Jesús: Pedro la idea de premiar uno de mis hijos está más difícil de lo que creí, no saben de caridad; ¿Será que ya no creen en nada?

Pedro: Ya se lo he dicho  muchas veces manejando el libro de la portería del cielo se entera uno de cuanta porquería sucede en el mundo. ¡Lo robaran!

Jesús: (Interrumpiéndolo) A callar allí vienen uno.  Joven buenas tardes tenga usted y todos los suyos, hemos sido desterrados de nuestro pueblo por ser dos viejos leprosos. ¿Quiere ver?

Manuelucho: No muchas gracias.   Socórrelos perpetuo socorro que nunca les falte el chorro.  Yo no soy nadie soy pobre pero les ofrezco unos tablados y unos costales para que se resguarden.  ¿y esto qué es?

Jesús: Un coroteo, que dios se lo pague con creces buen joven (se van dejando la bolsa)

Manuelucho: (Revisa la bolsa y se sorprende al ver el contenido, duda en  llevarse la bolsa hasta que llama a Jesús).  ¡Señor, señor! No sea olvidadizo mi llagadito.

Jesús: Ahora si te ganaste el cielo Manuelucho

Manuelucho: ¿y como sabes mi nombre anciano?

Jesús: porque yo soy Jesús el Nazareno

Pedro: y yo San Pedro

Jesús: Ahora por ser honesto y lo más importante solidario, te concedo lo que tu pidas.

Manuelucho: pido que vuste me conceda cuatro deseítos que toy pensando.

Pedro: ventajosito si no.

Manuelucho: pero él dijo. No deje que lo desautorice su majestad.

Jesús: Haber, pide tus deseos.

Manuelucho: (mima cada deseo) en primer lugar le pido que el diablo nunca pueda hacerme trampa en el juego, (le da la espalda a Pedro) segundo, que la muerte no me llegue por la espalda; como tercero que yo tenga la facultad de dejar algo o alguien puesto en un lugar por el tiempo que yo quiera y al final, que pueda hacerme tan chirriquitico como una hormiga.

Pedro: cuidado señor, este es como atronado, no valla y sea que la cague.

Jesús: vamos a ver, por lo menos este fue el único amable (a Manuelucho) deberás ser responsable en el manejo de estas cosas raras que has pedido, si causares alguna alteración al orden establecido en el mundo, serás despojado de todo lo aquí puesto a tu disposición.

Manuelucho: pierda cuidado chuchito que de ahora en adelante prometo ir cambiando poco a poco. (sale Jesús)

Pedro: “ir cambiando” yo no me como ese cuentico tan viejo, te conozco bellaco, a mi no me engañas (sale)

Manuelucho: a jugar se dijo que ahora si vamos a hacer ochas y panochas (sale)

(entra el diablo, huele, busca)

Diablo: de seguro en la cantina me he encontrar la oportunidad de por lo menos un alma juzgar, aunque en los infiernos ya no quepa tanta maldad los milicos, narcos y políticos no son los únicos que tiene derecho a estar, ya es hora que un pobre desgraciado caiga para juzgarlo por pecado de bondad…y por pendejo.

(En la cantina, Cuncia sacude polvo y reniega de la ausencia de Manuelucho. El diablo llega de sorpresa, la observa entonces la alza para llevársela)

Cuncia: (grita) pero que es lo que ven mis ojos, la maldad echa títere.

Diablo: no me dirás ahora que me temes después que me invocas. Esta es el alma que necesito en la sala de alegatos, quejas y reclamos, con esta atención nadie querrá exigir algo. (la empuja) vámonos.

Cuncia: no un momento, cuidado con lo que hace, si me lleva la gente morirá de sed, no podré darles el néctar de la alegría que yo misma preparo.

Diablo: ¿“néctar de la alegría”? qué es eso.

Cuncia: se llama aguardiente, tenga y disfrute un ratico (Cuncia huye aprovechando que el diablo bebe)

(el Diablo observa el lugar, se fija en el aviso. Llega Manuelucho buscando un trago, el Diablo lo observa)

Diablo: este si fue (a Manuelucho) con que “Cantina el Olvido”, pues muy olvidados si están de cumplir con lo que manda la divina autoridad. Ahora si te llego la hora so sinvergüenza, yo mismo me encargaré de chuzarles el fundillo con fierro caliente para que aprendan a trabajar, trabajar y trabajar.

Manuelucho: (como para él mismo) ¿a que otro diablo le he escuchado eso? (al diablo) no don cacho de vaca, yo si respeto la autoridad así este usted colado acá, es que me parece sin lugar que me llamen tan de repente teniendo cristianos necesitados de caridad, por eso le propongo que con una partida de naipe definamos esta confusión. Si usted me gana a la primera mano, todos al infierno nos vamos, pero si yo le gano gasta chicha con marrano, nos deja en paz y una carta de absolución para toda la eternidad.

Diablo: no vine a discutir, mucho menos a jugar (saca la condena) vea que la condena la tengo lista y esta si es por toda la eternidad. Saliendo pues a no ser que bravo me quiera ver.

Manuelucho: no se ponga terco ni rogado escarlata, más bien escuche al pueblo que hoy asiste al teatro (anima al público)

Diablo: pues que hijuepuchas, una jugadita por dos almas y un minuto en toda la eternidad que mas dá. Reparta esas cartas de a como quiera y que sirvan trago hasta el hartazgo, al fin y al cabo diablo es diablo y la tentación su debilidad.

Manuelucho: vamos ahora a jugarnos lo que nos queda de verdad: la santa madre iglesia y el alma de buenos cristianos.

Diablo: no se ponga Manuelucho muy trascendental que de buenas intenciones está lleno el purgatorio porque se comprobó que detrás de la cruz la daga avanza.

Manuelucho: este no es el caso (sale por la baraja)

Diablo: (al público) público, a este atembao le doy tres vueltas y lo hago quedar como un zapato: le gano trampeando, lo robo y me lo llevo a arder a los infiernos.

(entra Manuelucho, reparten la baraja y ven su juego)

Manuelucho: no mire de a mucho para acá que de pronto se vuelve bilocho.

Diablo: si eres Manuelucho jugador de respeto sabes que jugar sin brindar es como mirar y no tocar (pide licor a Cuncia, ella reparte)

Manuelucho: de cuando acá el viruñas con formalidades, usted lo que quiere es envolverme-

Diablo: déjate de desconfianzas Manuelucho yo solo quiero que juegues con comodidad la última de tus partidas ¡un brindis por Manuelucho Sepúlveda, el títere colombiano¡ (brinda varias veces por varios motivos)

Manuelucho: entre tanta motivadera para brindar se nos ha olvidado el asunto de máxima importancia: ¡haber don Sata destape su carta para ver cuál es la suerte que lo acompaña.

Diablo: a mí la suerte no me da la espalda, de seguro le gané, por eso le invito otro trago y la chamuscada celebrar (brindan) ¿aún no se siente como viendo doble?

Manuelucho: doble la cornamenta que le puso su mujer el día que se casaron.

Diablo: (al público) este montañero está más duro de emborrachar que universitario de la capital, si el truquito de la borrachera no le hizo mando la muerte para que vivito al infierno me lo lleve (a Manuelucho) destápate Manuelucho y si ganas no olvides que es una de todas las partida que tiene la vida.

(muestran cartas)

Manuelucho: aquí sonríe el mismísimo rey de las Españas.

Diablo: maldita suerte la mía, no me acompaña ni de noche ni de día, saqué un dos de vastos.

Manuelucho: de pronto nos topamos el día del juicio final, mestranto, a cumplir lo pactado-

(Diablo entrega carta a Manuelucho)

Diablo: tal vez porque “ese” te ayudo de ésta te salvás, pero la muerte de seguro en el fondo de la copa encontrarás. (Salen)

(En el cementerio, entra la muerte y saluda desde su mundo soberana)

Muerte: si a mí me piden que me presente esperando se van a quedar muchachitos, ¿acaso no vasta esta pinta? esta anorexia que me tiene jodida, y las niñas queriendo ser flacas yo si sé que es flaca y no tener fuerzas ni para lavar mis calzo… (el diablo la interrumpe)

Diablo: señora muerte por favor, que son esas palabrotas, no ve que hay niños y ancianos presenciando la función; mejor permítame que le cuente algo gravísimo que está pasando en la población.

Muerte: de que se trata viejo güe…

Diablo: hay un julgandillas que anda pregonando a los cuatro vientos que ni la muerte lo podrá derrotar porque tiene la protección de “él”, juega sin parar a la baraja ganándole a sus oponentes y las ganancias se las bebe. Es un tipo extravagante en verdad.

Muerte: jugador y solidario, eso está por verse, a que yo soy capaz de ponérselo esta noche en la quinta paila del infierno a chamuscar, no mas ponga el agua a calentar. Buenas tardes (sale)

Diablo: que le vaya bien, que el luto la acompañe.

(en la cantina)

Muerte: ¿quién de ustedes es el famosísimo Manuelucho Sepúlveda?

Muerte: ¿eres tú el tan nombrado títere colombiano Manuelucho Sepúlveda? Tiene cara de tramposo.

Manuelucho: primero un diablo y ahora uno disfrazado de calavera, ¿es que es día de las brujas o qué?

Muerte: este gran i… insolente, se nota que eres ese tal Manuelucho merecido tienes tu cupo en el purgatorio, con este fuego de purificación que Torquemada me regalo empezaremos tu tortura (intenta quemarlo y M. huye hasta que es arrinconado)

Manuelucho: no se ponga así, comprenda que no veía bien, pero ahora si me dispongo a escucharla.

Muerte: así me gusta joven, con respetico pues hasta los más grandes soberanos han caído ante mí. Ahora vengo a llevarte al infierno, condenado estás.

Manuelucho: pero el señor de los infiernos me dejo una carta de absolución por mis pecados.

Muerte: déjala ver (Manuelucho la busca y no la encuentra)  ahora si te jodiste.

Manuelucho: (llorando) no tendré nada que hacer, la Cuncia me dejo sin el papel, caro me salió el aguardiente. Solo le pido que me deje cumplir mi última voluntad ¿me deja ir por mi testamento de pobre?

Muerte: no valla a intentar nada extraño, recuerde que está perdido Manuelucho cucho.

Manuelucho: nada me queda en la vida, ningún recurso, pero siéntese aquí, descanse que yo no me demoro. (la muerte se sienta)

Manuelucho: cayó redondita, usted de ahí no se podrá mover, por cascarrabias va a saber lo que es bueno (saca cachiporra y la apalea. Suceden las locuras de Manuelucho)

Muerte: señor diablo, acuda a mí (entra el diablo) ese Manuelucho es un brujo, no tiene escrúpulos, me dejo aquí pegada y se fue a hacer no se qué cosa con la novia (el diablo la ayuda a levantarse) Manuelucho no sabe lo que está haciendo, definitivamente los mortales no se saben manejar cuando tienen algún poder, por eso están jodidos. Imagínese el mundo sin muerte.

Diablo: sería un lugar maravilloso ¿no cree?

Muerte: como va usted a decir eso, no ve que usted y yo nos quedaríamos sin trabajo y lo que es peor: se acabarían los circos pues nadie pondría su vida en peligro, no habría emoción, no¡¡¡

Diablo: tiene razón, así de pronto sientan cabeza pues no lo han hecho estando el mundo como está. Vamos a plantearle el problema para que mire que hace con ese Manuelucho.

(Entra Jesús, llama a Manuelucho para quitarle los poderes, pero éste lo distrae, se convierte en hormiga y se vuela)

FIN